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Danny Solís hizo unas grandes promesas cuando llegó a su acuerdo secreto con los fiscales federales hace años, incluyendo la de no cometer ningún delito adicional mientras cooperaba con las autoridades.
De lo contrario, su acuerdo podría desaparecer, como lo expresó el abogado defensor de Michael J. Madigan.
Pero los jurados en el juicio por conspiración de crimen organizado de Madigan escucharon el lunes acusaciones de fraude fiscal, soborno, prostitución e infracciones a la ley de campaña mientras los abogados defensores comenzaban su esperado contrainterrogatorio de Solís, el testigo estrella del gobierno que usó un micrófono del Buró Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés) para evitar la prisión.
“¿Le preocupa que este acuerdo se vaya a desvanecer?”, le preguntó Dan Collins, uno de los abogados defensores de Madigan, a Solís en un momento de su interrogatorio.
Parece poco probable: el acuerdo de diciembre de 2018 de Solís dice que los federales no lo procesarán por conducta “revelada por el señor Solís” antes de firmarlo. Solís admitió el lunes delitos ya documentados por el FBI, incluidos delitos de soborno “con contribuciones de campaña”, así como encuentros con prostitutas y masajes que Solís insistió que no eran gratuitos.
“Nunca, yo los pagué”, dijo Solís sobre los masajes.
“Hicimos una colecta”, insistió cuando se le preguntó repetidamente sobre el supuesto papel del informante político Brian Hynes en la contratación de prostitutas para Solís y otros funcionarios públicos en Puerto Rico durante una visita a una casa de Hynes.
Pero finalmente, Collins le insistió a Solís, “no le has contado al gobierno todos los delitos que has cometido, ¿verdad?”
“No sé a qué te refieres”, respondió Solís.
El interrogatorio de cuatro horas de Collins a Solís fue menos intenso que otros que los jurados han presenciado hasta ahora en el juicio del ex presidente de la Cámara de Representantes de Illinois. Pero Solís es un ex funcionario electo cuya ropa sucia está más que percudida. Y los abogados defensores han puesto sus miras en la credibilidad de Solís.
Su interrogatorio está programado para continuar el martes.
¿La hermana recomendó ‘el fraude fiscal’?
Durante más de 20 años, Solís representó al distrito 25 de Chicago. En junio de 2016 comenzó a usar un micrófono encubierto para informar al FBI y ayudó a los agentes federales a construir su caso contra Madigan. El otrora poderoso demócrata del suroeste está acusado de liderar una empresa criminal diseñada para mejorar su poder político y bienestar financiero.
Sin embargo, Solís sólo aceptó usar un micrófono después de que los agentes lo confrontaran sobre su propia presunta irregularidad. Y el lunes, Collins dirigió su atención a la hermana de Solís, Patti Solís Doyle.
En 2008 la exdirectora de campaña de Hillary Clinton cofundó una empresa llamada Vendor Assistance Program (VAP) con Hynes. Durante más de una década, se embolsó aproximadamente $400 millones al actuar como intermediaria que ayudaba a los proveedores a cobrar el dinero que les debía el estado de Illinois.
El lunes, Solís dijo a los jurados que su hermana le pagó una tarifa de aproximadamente $200,000 durante cinco años por recomendarla a Hynes. Pero Collins documentó mucho más: un total de $617,000 que Solís cobró de su hermana entre 2014 y 2018.
“Su testimonio es que nunca tuvo una participación de propiedad, ¿correcto?”, le preguntó Collins a Solís. “… Y nunca hizo una inversión… ¿Hizo una recomendación para su hermana a Brian Hynes?”.
Solís dijo que todo eso era correcto.
Solís también reconoció que tuvo conversaciones con Hynes y Solís Doyle en 2017 sobre declarar el dinero del VAP que había recibido como ganancia de capital. Para entonces, el FBI estaba escuchando las llamadas telefónicas de Solís. Collins señaló que en un momento dado, Solís Doyle sugirió “revisar documentos” con ese fin.
“¿Te diste cuenta de que tu hermana estaba recomendando el fraude fiscal?”, preguntó Collins. Solís dijo que no.
Ni Solís Doyle ni Hynes han sido acusados de irregularidades. Un agente especial del FBI ha dicho que el teléfono de Solís Doyle fue intervenido, pero la investigación resultante no dio resultados.
‘Dificultad para leer las declaraciones de impuestos’
Mientras tanto, Collins interrogó a Solís sobre sus declaraciones de impuestos que datan de 2014, y si Solís había informado los ingresos del VAP al Servicio de Impuestos Internos (IRS, por sus siglas en inglés).
Solís argumentó varias veces que estaba confundido con los impuestos, y le dijo al jurado “me cuesta leer las declaraciones de impuestos. Simplemente no las entiendo”.
Solís señaló con el dedo a su contador en varias ocasiones, lo que le dio a Collins la oportunidad de señalar cómo un preparador de impuestos confiaría en la información proporcionada por Solís como lo harían los jurados.
Solís también le dijo a Collins que sus declaraciones de impuestos de 2014 eran “demasiado lejanas” para que las recordara, a pesar de que Solís había testificado anteriormente sobre encuentros con Madigan en 2014.
De hecho, Solís, de 75 años de edad, les dijo a los jurados en un momento dado que “creo que me estoy haciendo viejo y tengo problemas con la memoria a corto plazo y con los nombres de las personas”.
Collins mencionó a la contralora de Illinois, Susana Mendoza, y destacó la importancia de su cargo para VAP, empresa que interactuaba con proveedores estatales. El abogado defensor dijo que la campaña de Solís hizo una donación de $55,400 a la de Mendoza en febrero de 2018.
Collins también alegó que las entidades asociadas con Hynes le pagaron a Solís $55,500 en junio.
“¿Sabe, señor, que Brian Hynes hizo sus propias donaciones a Amigos de Susana Mendoza?”, preguntó Collins. “Si lo sabía, y luego le agrega otros $55,4000, ¿excede con creces lo que se le permite donar a la Sra. Mendoza?”.
Finalmente, Collins preguntó sobre la venta de un apartamento por parte de Solís “a fines de 2018”, aproximadamente en el momento en que Solís firmó formalmente su acuerdo con los federales.
Collins señaló que luego Solís no reportó al IRS una ganancia de $194,000 por la venta. Y fue entonces cuando Collins le preguntó a Solís si su acuerdo podría “desaparecer”.
Solís Doyle no respondió de inmediato a una solicitud de comentarios.
Pero un portavoz de Hynes le dijo al Sun-Times: “Solís no era propietario ni inversor de la empresa ni recibía pagos de ella. Las afirmaciones hechas por la defensa de que se proporcionó asesoramiento fiscal son falsas y, aunque Solís se quedó en la casa de San Juan cuando el propietario no estaba presente, otras insinuaciones hechas por la defensa también son falsas”.
Traducido por Gisela Orozco para La Voz Chicago
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